Momentos
Era en momentos como éste en los que se volvía loco. Justo después de ver una de esas películas inspiradoras que te dan todas las ganas de cambiar el mundo y de mandarte a cambiar. Pero por el contrario, la impotencia hacía en él que terminara llorando. Se había comido todas las uñas y se había fumado todos los cigarros. Sus manos parecían un matadero y su pieza un cenicero. Tenía ganas de llorar pero ni eso podía hacer en momentos como este, impotencia pura. Apagó el cigarro en su mano simplemente para olvidar lo que estaba sintiendo y concentrarse en otra cosa. Lo que no sabía era que la impotencia aumenta con el dolor.
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